LOS PUEBLOS IRANIOS
Bajo la denominación de pueblos iranios (o pueblos iránicos), se contempla un conjunto de grupos étnicos caracterizados por el empleo de lenguas iranias y su ascendencia de antiguos pueblos de la meseta irania, los pueblos protoindoiranios. Éstos, los protoindoiranios, también conocidos como arios, forman parte de los pueblos indoeuropeos que se extendieron por grandes partes de Eurasia en sucesivas oleadas desde la primera parte del segundo milenio a.C. en adelante, y de los que con el tiempo se diversificaron dos grandes ramas: los pueblos Protoiranios y los pueblos Indoarios.
El término ario es la traducción al castellano del término Ariya con el que se autodesignaban los primitivos hablantes de las lenguas protoindoiranias y que significa “noble” en dichas lenguas.
La ramificación de los protoindoiranios en indoarios y protoiranios ocurrió en los albores de la historia, ca. 2000-1800 a.C. Por lo que conocemos, los indoarios se trasladaron a la región del valle del Indo, con la que podrían haber estado familiarizados por sus contactos con los comerciantes de BMAC (Bactria-Margiana, también conocida como la civilización Oxus. BMAC the Bactrian-Margiana Archaeological Complex es la denominación arqueológica actual). Los pueblos protoiranios, en su punto máximo de expansión, a mediados del primer milenio antes de Cristo, extendían su territorio de implantación por toda la estepa euroasiática, desde las llanuras del Danubio en el oeste hasta la meseta de Ordos en el este y la meseta irania en el sur. Después del primer milenio a.C. se tienen más evidencias y se pueden concretar esos antiguos pueblos Protoiranios en diversos grupos entre los que se incluye a los alanos, los bactrianos, los dahae, los jorazmianos, los masagetas, los medos, los partos, los persas, los sagartianos, los sakas, los sármatas, los escitas, los sogdianos y, probablemente también, los cimerios, entre otros pueblos de hablas iranias de Asia occidental, Asia central, Europa oriental y la estepa oriental. Estos protoiranios se referían a su antigua tierra natal como Airianem Vaeyaj, y su localización geográfica es ambigua al referirse a veces a Fars (según Eratóstenes), al área cercana a Herat (según Plinio) e incluso a todo el espacio de la Meseta irania (según Estrabón). Los escitas, sármatas y alanos se establecieron en las estepas al norte del mar Negro. Los cimerios ocuparon la zona Póntico-Cáspica y las tribus sacas y escitas se expandieron hacia el oeste, hasta los Balcanes, y hacia el este, hasta Xinjiang.
Más adelante, ya en el primer milenio d.C., su área de asentamiento, que inicialmente se concentraba principalmente en las estepas y desiertos de Eurasia, se redujo significativamente como resultado de las expansiones de otros pueblos: eslavos, germánicos, árabes, turcos y mongoles. Los pueblos iranios del sur sobrevivieron a las conquistas de Alejandro Magno, a los intentos de dominio cultural de los árabes musulmanes, y a los asaltos devastadores de los mongoles, mientras que los pueblos iranios del norte fueron asimilados por los eslavos y otros pueblos europeos y túrquicos.
Los pueblos iranios modernos incluyen a los baluchis, los gilaks, los kurdos, los lurs, los mazanderanios, los osetios, los pamires, los pastunes, los persas, los tats, los tayikos, los talysh, los wakhis, los yaghnobis y los zazas. No hemos incluido aquí a los azeríes, afsares y qashqais por la alta componente turca que tienen, sobre todo en su aspecto lingüístico aunque su origen tenga una gran componente irania. Su distribución actual se extiende a lo largo de la meseta irania, llegando desde el Cáucaso en el norte hasta el Golfo Pérsico en el sur y desde el este de Anatolia en el oeste hasta el oeste de Xinjiang en el este. Algunos autores han denominado esta área geográfica con el término Gran Irán (la Encyclopædia Iranica usa el término continente cultural iraní) pero es una expresión controvertida ya que puede dar lugar a equívocos con el país actualmente conocido como Irán. Geográfica y culturalmente, ese Gran Irán incluiría toda la meseta irania, y extendiéndose hasta Asia Central (Bactria) y el Hindukush al noreste y Afganistán y Pakistán Occidental en el sureste y hasta Siria Oriental y el Cáucaso al noroeste.
El mapa muestra las poblaciones iranias en toda Asia. Al norte y al este están los tayikos, que residen en lugares tan lejanos como el oeste de China; al oeste, los kurdos se extienden hasta Anatolia. El mapa también incluye a los turcos azerbaiyanos, afshar y qashqai. Aunque estos grupos hablan una lengua turca, son genética e históricamente descendientes de los pueblos iraníes. Los hazaras y los chahar aimak han sido excluidos del mapa. Aunque hablan un idioma iraní, tienen una importante mezcla mongol. De hecho, los hazara son descendientes de 1.000 soldados de Genghis Khan según la leyenda (de ahí el nombre Hazara proviene del persa “hezar”, que significa 1.000).
Poblaciones de grupos iranios importantes. Estadísticas de varios pueblos iranios.
Azeríes: unos 26 millones en todo el mundo. 16,5 millones en Irán, 7,8 millones en Azerbaiyán, más de 2 millones en otras naciones.
Balochis: alrededor de 6 millones en todo el mundo. Principalmente en Irán, Afganistán y Pakistán.
Gilakis y Mazanderanios: unos 5,5 millones en todo el mundo. La mayoría reside en Irán.
Kurdos: cerca de 28 millones en todo el mundo. 15 millones en Turquía, 5 millones en Irán, 5 millones en Irak, cerca de 2 millones en Siria y muchos en otras naciones.
Pastunes: unos 40 millones en todo el mundo. 28 millones en Pakistán, 12 millones en Afganistán y grupos mucho más pequeños intercalados en otras naciones.
Persas: más de 40 millones en todo el mundo. La mayoría reside en Irán. Unos 900.000 en EE.UU. y 400.000 en los Emiratos Árabes Unidos.
Tayikos: más de 17 millones en todo el mundo. 8,4 millones en Afganistán, 4,5 millones en Tayikistán, 1,7 millones en Irán, 1,5 millones en Uzbekistán, 1 millón en Pakistán.
El Gran Irán, debido a que se trata de un concepto cultural, representando regiones colonizadas o conquistadas por tribus iranias, no se corresponde con ninguna entidad política en particular, y como representa una dispersión humana de la Edad del Bronce tardía, antecede a cualquier entidad política en muchos siglos. Si nos concentramos en lo que en la antigüedad fue conocido como Persia, y por lo que se refiere a los sasánidas, en cuyas inscripciones del siglo iii aparece por vez primera el término “Irán” como un concepto político, el estado iranio multinacional incluía Asia Menor pero excluía territorios al este de las dos cuencas de desierto de sal iraní.
El siguiente mapa muestra de manera aproximada y maximalista la cobertura de ese Gran Irán.
La realidad étnica del Irán actual.
En cuanto al país Irán, si nos concentramos en la entidad que hoy es “Irán” y en su evolución histórica, Persia era la región natal de la dinastía Aqueménida (c.550-331 a. C.), ubicada en la parte suroeste de las montañas Zagros y la meseta irania. El nombre “Persia” se deriva de Pars, o en persa antiguo Parsua (la actual provincia de Fars). La dinastía Sasánida, c.224-641 d.C., la cuarta de las antiguas dinastías persas, también llegó al poder desde su hogar en Fars. El uso de “Persia”, o la Persis griega, para la región mayor de lo que conocemos como Gran Irán era un concepto griego que se objetiva en Occidente. Curiosamente, los Aqueménidas no parecen haber tenido una designación general para todo su imperio, sino que utilizaron nombres regionales preexistentes para partes específicas del mismo. La designación “lran” fue utilizada por el historiador griego Erastóstenes (siglo III a. C.) y deriva de la palabra persa antigua ariya (ario). Los sasánidas, sin embargo, llamaron al núcleo de su imperio lranshahr (el imperio de los iranios) o Iranzamin (la tierra de Irán). El uso posterior y moderno se deriva de este precedente sasánida. Las fronteras de estos antiguos imperios fluctuaron y reflejaron la capacidad de sus dinastías para defenderlos o expandirlos. El territorio más extenso de cualquier imperio persa fue el establecido por los Aqueménidas y se extendió desde el Mediterráneo hasta Asia central, mientras que el imperio Sasánida, el siguiente en extensión, se extendió desde Mesopotamia hasta Asia central. “Persia” no es fácil de identificar con ninguna especificidad geográfica, ni su pueblo, los persas, puede ser fácilmente categorizado.
Geografía
En términos de geografía, existe el lugar específico de la meseta irania que se extiende desde las tierras bajas mesopotámicas hasta el Amu Darya (río Oxus) y al sur hasta el Océano Índico. La frontera occidental está definida por esa gran cadena montañosa conocida como los Zagros, de unos 2.000 kilómetros de longitud, que separa la meseta iraní de las tierras bajas de Mesopotamia. La cadena Zagros se encuentra con las montañas del Cáucaso al norte y con las montañas Alborz al norte y al este. La frontera norte de la meseta iraní continúa desde Zagros y Alborz, a través del Syr Darya hasta el Amu Darya, Transoxiana y el Hindu Kush, donde gira hacia el sur hasta el valle del Indo hasta el Océano Índico, el Golfo de Ornan y el Golfo Pérsico. Aunque los ríos y llanuras Tigris y Éufrates no están abarcados por la meseta irania, eran vitales para ella, de la misma manera que lo eran Asia Central y el valle del Indo. Como gran parte de la historia de una región tan vasta y estratégica, las designaciones geográficas se relacionan con factores políticos y con patrones históricos de hegemonía. A principios del siglo XXI, esta extensa región -¡unos 2.300.000 kilómetros cuadrados! – comprende los estados modernos de Irán, Azerbaiyán, Afganistán, el sur de Turkmenistán y la mitad occidental de Pakistán. Los antiguos imperios de los aqueménidas, seléucidas, partos y sasánidas se centraron en la meseta y a menudo se extendieron mucho más allá, hacia el oeste y el este.
Complejidad étnica. La realidad étnica de Irán.
La complejidad étnica también ha ayudado a definir la historia de la meseta irania. Tal complejidad se observa en la economía, los patrones de asentamiento y los movimientos de personas hacia y a través de la región de la meseta. El lenguaje, como indicador étnico significativo, se vuelve aún más importante para el análisis histórico y la diferenciación después de que surgió la escritura. En el siglo VIII a. C., la meseta irania y sus alrededores incluían hablantes semíticos de asirio, hebreo y arameo; pueblos dravidianos, por ejemplo los elamitas; Indoeuropeos hablantes de escita, armenio, persa y varios dialectos; y hablantes de turco hacia y en Asia Central. La religión también sirvió como un factor importante en las complejidades étnicas y culturales. Las deidades locales, el chamanismo y el animismo predominaron en la meseta iraní y las regiones adyacentes. Sin embargo, el protomonoteísmo -tal vez el monoteísmo en sí- se encontraba en las enseñanzas del antiguo profeta persa Zoroastro (ahora se acepta que vivió mucho antes que los Aqueménidas, probablemente, c.1300-1000 a. C.), y entre los hebreos. El zoroastrismo, el judaísmo, el cristianismo y el islam jugarían papeles importantes en la historia posterior de Irán.
Irán puede ser considerado como un Estado multinacional. Según estimaciones recientes, podemos establecer de modo muy grosero que en Irán viven entre cerca de un centenar de millones de habitantes, y conviven alrededor de ocho etnias diferentes.
En su mayor parte, los grupos étnicos minoritarios están situados en las zonas fronterizas, ya que al otro lado de la demarcación viven hermanos que pertenecen al mismo grupo pero a distinto Estado. Este es el caso de los turkmenos, los azeríes, los árabes o los baluchis. Se trata de nuevo de una consecuencia del pasado imperial iraní que provoca que el concepto Irán-político (territorio de Irán) no coincida con el concepto Irán-cultural (zonas cultural y lingüísticamente persas).
Los persas
El término persa tiene dos posibles orígenes. El primero, siguiendo la mitología griega, sería la adoración que los habitantes de esta zona tenían por el dios Perses, de quien procedería la dinastía persa. El segundo, del término Parsa, que en griego antiguo significaba “por encima de los reproches” y coincide con Pars o Parsua (actualmente Fars), una de las provincias más importantes de Irán, donde nace la dinastía Aqueménida, considerada como la fundadora de Persia. En realidad, las dos explicaciones confluyen, ya que en la provincia de Pars está el monte Zagros, donde residiría el dios Perses.
Los persas representan en la actualidad el 51% de la población de Irán, aunque su identidad está más basada en la lengua que en la etnia. De hecho, la gran cantidad de grupos étnicos hace que se considere persa a aquel que no se identifica con ningún otro, ya sea baluchi, azerí o kurdo.
Los azeríes
Los azeríes son un pueblo con una alta componente turca, aunque muy vinculado a Persia. Los 24 millones que componen el pueblo azerí se encuentran a ambos lados del río Araz, que hoy marca la frontera entre Irán y Azerbaiyán. En la actualidad, los 18 millones de azeríes que viven en Irán (24% de la población) se localizan en el noroeste del país. Curiosamente, la población de azeríes de Irán triplica a la de Azerbaiyán. Aunque históricamente han tenido problemas con Teherán, se trata de una minoría bien integrada y que, en algunos casos, como el del Ayatolá Jamenei, se encuentra presente en los niveles más altos de la sociedad iraní.
Antes de la llegada del islam eran fervientes creyentes zoroastrianos y, de hecho, solo aceptaron la religión del profeta Mahoma cuando los Safavidas la introdujeron bajo la variante chií. El nombre Babak, muy popular en Azerbaiyán, tiene su origen en un personaje histórico que en el siglo IX ofreció una resistencia numantina a la conquista árabe. Los Safavidas establecieron su corte en Tabriz, la ciudad azerí más importante. Por eso no extrañó que muchos de los poetas e intelectuales que vivían en la corte fueran azeríes y usaran el turco como lengua de palacio. De hecho, es sabido que el primer líder safavida, Ismael, escribía en turco y su enemigo, Selim el egipcio, lo hacía en persa. Ya en el siglo XIX, después de dos guerras entre Rusia e Irán, se firmaron los tratados de Golestán (1813) y Turkmenchai (1828) que separarían definitivamente a los azeríes. El río Araz se convertía así, más allá de su dimensión espacial, en una barrera política. A partir de entonces, la Cuestión de Azerbaiyán comenzó a dar más de un quebradero de cabeza a las autoridades iraníes. Así, durante el siglo XX, el Azerbaiyán iraní se convirtió en una zona convulsa donde las demandas de autonomía orden del día.
Los kurdos
Los kurdos. Situados en el noroeste (Kurdistán iraní), los 4 millones de kurdos representan el 7% de la población. Aunque es una de las minorías más importantes del país, sus hermanos iraquíes (6 millones) y sobre todo los turcos (12 millones) son mucho más numerosos. Religiosamente son sunníes. Sin embargo, no todos los kurdos son sunníes. Así, por ejemplo en la provincia de Kermanshah los kurdos son chiíes.
Los baluchis
Los baluchis iraníes ascienden a 1.400.000. Representan alrededor del 2% de la población aunque se trata de una cifra inferior a la de sus hermanos pakistaníes, 8.000.000. Mayoritariamente son musulmanes sunníes de la escuela Hanafí, muy popular en Asia Central, y se cree que son descendientes de las tribus kurdas que se asentaron en el Este de Persia (Makrán) como vigilantes de fronteras en tiempos de los Medos (Siglo VI d.C). Los baluchis viven en la zona más deprimida de Pakistán y en las zonas menos desarrolladas de Irán y sus índices de desempleo son de los más altos (30%-50%) en un país donde el desempleo es ya de por sí muy elevado.
Los árabes
El origen de la población árabe de Irán está en la expansión territorial árabe del siglo VII. Abu Musa lanzó una ofensiva desde Basora logrando la conquista de toda la región. Las crónicas cuentan que en la zona habitaban árabes de religión cristiana que probablemente se afincaron como mercaderes. Posteriormente, con los Abbasíes y los Omeyas se produjeron nuevos movimientos de población árabe hacia esta zona. Ya en el siglo XVI algunos kuwaitíes se afincaron en la región. La mayor parte de los árabes que en la actualidad viven en Irán –unos 3,7 millones (3%)– son chiíes, hablan indistintamente en farsi o en árabe y se concentran en la provincia de Juzestán. A pesar de tratarse de la zona que posee el 80% de la riqueza petrolífera del país, es una de las regiones más deprimidas. Los índices de drogadicción son los más altos de Irán. Uno de los hechos que más han castigado a Juzestán fue la guerra Irán-Iraq. Saddam Husein se presentó como el liberador de Arabistán (Juzestán) y, salvo en los primeros momentos, y, sobre todo, en las aldeas fronterizas, la población no le apoyó. La explicación es que en Juzestán se fundó la primera dinastía persa, la Aqueménida. Precisamente esta negativa a colaborar con un “liberador” que maltrataba a sus hermanos chiíes iraquíes provocó que Juzestán fuera una de las zonas más castigadas durante la guerra por parte del ejército iraquí. El paso del tiempo no ha mejorado la situación y la pobreza. El gobierno chií de Iraq y los límites a la cultura árabe en Irán han provocado que la población de Arabistán se oponga al gobierno de Ahmadineyad. En abril de 2005, la situación se agravó con el estallido de graves disturbios que acabaron con más de 100 detenidos y 20 muertos. También en relación con esta cuestión, el gobierno de Teherán acusa a Estados Unidos y al Reino Unido de estar agitando la región para hacer tambalear al régimen de los ayatolás. Según el gobierno de Teherán, en los últimos meses ha habido varios intentos de atentado contra la refinería de Abadan, la más importante del país y de la que depende el refino del 30% de la producción. Como respuesta, se ha condenado a muerte a varias personas, lo que ha provocado que el clima sea aún más tenso.
Otras minorías
Existen otras minorías étnicas a las que, por motivos de espacio, no podemos dedicarles mucha atención. Una de ellas son los turkmenos (2 millones), que viven en Golestán y Jurazán Norte. Se trata de una minoría sunní-hanafí que utiliza el turco-oghoz como lengua.
También hay que destacar las tribus de los lures que, aunque están emparentados con los kurdos, mantienen una lengua propia. Viven en las zonas montañosas del suroeste y, a pesar de que su carácter nómada hace difícil calcular cuántos son, se habla de una cifra aproximada de 2.500.000. Por último, cabe mencionar a los mazandaríes, pueblo chií de unos 4 millones (7%) que habita la costa sureste del Caspio. Aunque su parecido con los persas es muy grande, mantienen algunas diferencias, sobre todo en el lenguaje. Hay que destacar, por curioso y anecdótico, que el Sha Reza Pahlavi pertenecía a dicha etnia.